miércoles, 8 de enero de 2014

La máquina de escribir

Una tarde lluviosa, ella, ella con su paraguas rojo pasión a conjunto con su carmín de labios. Ella con un discreto vestido y un pequeño recogido a un lado dejando caer su preciosa melena caoba como una cascada de flores rojas. Con una sonrisa en el rostro y la máscara de ojos difuminada, mostrando una fragilidad, que puede ser quebrada con una simple palabra. Entre sus manos, sí, una máquina de escribir, pesada, muy pesada, guardada en una gran caja del mismo color que su cabellera. Y en su cuello, un pequeño collar en forma de estrella dorada, describiendo su ser, un ser puro como las estrellas con un talento espectacular y la facilidad de hacer soñar a muchas personas. 
Ella acaba de salir de esa casa, esa casa tan especial, en la que en su pequeño salón ha vivido tantas cosas, tantas experiencias, tantos besos robados en esas cuatro paredes de color chocolate cubiertas por aquellos cuadros tan especiales, tan característicos en aquel pequeño hogar, el que ella ahora abandona para siempre, por un sueño, simplemente un sueño que si no cumplía podía romperse en dos. 
Ahora que a ella no le quedaba nada, la única motivación para seguir luchando era cumplir ese sueño que la convertiría en una persona completa con ganas de vivir, sin miedos, sin lágrimas. Desde que sucedió aquello que la rompió en dos, no había creído en ella hasta este momento. Cuando con su paraguas rojo en una mano y en la otra la llave para abrir la puerta que la llevaba por el camino de su sueño: su máquina de escribir.
Escribir es lo único que la hace alejarse del mundo en el que vive, lleno de injusticias, pérdidas, amor y desamor, pasiones sin resolver, efímeras como el humo, un mundo de balas perdidas, de muertes, de llantos, de desesperación y sin sueños. Cuando escribe sube a otro mundo, ella desata toda su ira en su creación, se desahoga y se encuentra a si misma. Ella es feliz cuando escribe, le hace olvidar que lo ha perdido todo, le olvida, a él y a ese niño que nunca nació, olvida su pasado, su presente y su futuro, y se centra en las letras que le vienen a la mente como pájaros sin destinos, aparecen libres y se plasman en una hoja de color marfil en la que con el traqueteo de las teclas de la máquina, escribe finales trágicos o felices, historias con trasfondo y reflexiones. Ella cumple su sueño cada vez que teclea y cuando le preguntan qué es para ella la escritura, simplemente sonríe con esa preciosa sonrisa resaltada con el rojo carmín y simplemente dice, cuando escribo soy libre.
Y libre, libre como el viento, como esas letras impresas en la hoja marfil, se aleja con su lento caminar, su paraguas rojo pasión, su carmín de labios, el discreto vestido, el pequeño recogido a un lado dejando a su cabello caoba caer y con su máquina de escribir pesada y guardada como si fuera un tesoro. Ella se aleja y con la máscara de ojos difuminada, dice adiós a su antigua vida y se decide a cumplir su sueño. Ser feliz. 

2 comentarios:

  1. Increíble. Nunca dejes de escribir, sería horrible no poder disfrutar de tus historias. Y sobretodo sonríe, que te mereces todo lo bueno que te pase, le pese a quien le pese. Siempre serás mi escritora favorita





    (y mi compañera de optativas perfecta jajajajaj) I LOVE YOOOU

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  2. Mira que eres bonita! Muchas gracias por todo y que tu tambien te mereces todo lo bueno que te pase, porque eres unica. Te quiero love!

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