miércoles, 1 de febrero de 2017

Rotos

Creo en los corazones rotos que buscan cobijo en otros para repararse. Pobre infelices, creen que el amor que les dañó ya no volverá y se equivocan, porque un corazón mientras siga latiendo encontrará el amor, el verdadero o el que otra vez les dañe.

Creo en los corazones rotos porque son los más sinceros. Ellos no ocultan sus heridas, sino que muestran sus cicatrices, buscando a alguien que las bese, que las haga menos dolorosas, más hermosas.

Creo en los corazones rotos porque son unos guerreros. Han perdido mil y una batallas en nombre del amor y aunque quieran rendirse no lo hacen porque librarán una batalla más, quizás la definitiva, quizás una nueva derrota que les provocará una herida más.

Creo en los corazones rotos porque se pierden, buscando respuestas a preguntas sin sentido, buscando historias con las que llenarse, buscando copas con las que olvidar o buscando la esencia de su yo que creían haber perdido.

Pero creo en ellos porque siempre vuelven más sabios, más lúcidos, más vivos y más únicos.

Creo en los corazones rotos porque viven. Viven con heridas a carne viva, pero viven, buscando un cobijo, buscándose.

Creo en ellos porque son los corazones más puros del mundo.

Creo en los corazones rotos y creo en la capacidad del amor que tiene para curarlos.

Siempre se librarán mil batallas por amor. Creo en sus perdedores, que crigeos no ven que han ganado convertirse en algo único, un corazón roto.

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